Barcelona es una mujer. No sé cómo podría ser de otra forma. Sería algo parecido a una doncella del siglo diecinueve callada y elegante, con movimientos sinuosos y postura erguida aún cuando descansa. Proviene de una familia cultivada pero ella siempre ha brillado con luz propia. Mira de soslayo, impertérrita, sabia, misteriosa. Si fuese un animal sería una gata pulcra, rápida como un lince, inalcanzable.