Estoy comiendo sola en un restaurante y al lado mío están sentados un hombre y una mujer que no se comportan como una pareja, tampoco como hermanos. ¿Quizás compañeros de trabajo?
Intento escribir y no pretendo escuchar la conversación pero resulta inevitable por su tono de voz elevado. El hombre dice que no cree en el aprendizaje de técnicas para escribir: “te estropea la existencia” y se queda tan ancho. La mujer contesta que sí cree en ello y que si alguien quiere escribir una novela necesita unas bases que tienen que aprenderse.
¿Son actores? ¿Alguien les ha pagado para que tengan esta conversación tan fácilmente audible justo al lado mío? Por casualidad son un hombre y una mujer; representan los dos polos opuestos exactos del debate sobre el arte y la técnica; intuición y racionalidad.
Podrían haber estado ambos de acuerdo y fin de la historia, pero resulta que no lo están y su debate parece hasta ensayado a juzgar por su perfecta fluidez. Me pongo nerviosa en estas ocasiones porque me pregunto si es una señal para que cambie mis decisiones? ¿O no significa nada? Ya han cambiado de tema.